miércoles, 5 de noviembre de 2008

44

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Se acabó la oscuridad y el sol regresó.
El ángel con su lúcida cara despertó.
Al sonido del reloj el bailó.
A las voces de la nova su sonrisa frunció.

Una larga jornada le esperaba.
Pero los contratiempos el ignoraba.
Porque era un buen día lo que él deseaba.
Y realmente es eso lo que importaba.

El pastor le dio su número.
28 ovejas y un ternero.
Pero ya estaba acordado con el segundero.
Y el ángel partió a otro destino primero.

Buscó y buscó entre salas.
Las conclusiones no fueron tan malas.
¡Hasta el arco-iris iluminó sus alas!
El seguía logrando evitar balas.

Viejos amigos a la salida.
Una amistad de antes nacida
Aunque aquel no estuvo en su partida.
Pero si en aquella ocasión bien vivida.

Una bata blanca se asoma.
La muñeca con su dulce aroma.
Mira con delicadeza su hoja y la toma.
El ángel solo la admira en otro idioma.

Se encargó de buscar una habitación.
Ignorando a la muñeca y su situación.
Reiterando en la canalización.
Esta vez con la niña por su complicación.

Pero en casa su corazón lo complació.
Aun cuando la flama de tristeza le contagió.
Y el arco-iris con él se enojó.
Su corazón un retrato le regaló.

1 comentario:

Paraconsistonta dijo...

Just fucking great, hell yeah!